Escuela Dominical

PREDICAR EL EVANGELIO

Lección 40

VERSÍCULO A MEMORIZAR: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de mí si no anunciare el evangelio!” 1 Corintios 9:16

PASAJE BÍBLICO: Marcos 16: 15 – 20

15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

La ascensión

(Lc. 24.50-53)

19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.

20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.

INTRODUCCIÓN

Poco después de la experiencia del bautismo y la del desierto de Jesucristo, Su ministerio terrenal empezó con la predicación del evangelio y terminó comisionando a los discípulos para la misma tarea (Marcos 1:9 – 14; Mateo 28:18 – 20). Sin duda, esto debe de ser el asunto más importante en el corazón del Señor Jesucristo para todas las generaciones.

UN DEBER PARA TODOS LOS CREYENTES

El Señor ordena a todos los creyentes que prediquen el evangelio (Mateo 28:18 – 20), y el poder y la sabiduría de Dios (1 Corintios 1:24). Negarse a predicar, lo cual le preocupaba al Apóstol Pablo, es una maldición (1 Corintios 9:16). Es un deber que no está limitado a los cambios estacionales, sociales, o estado espiritual o marital (2 Timoteo 4:2, Hechos 18:26).

El Señor no quiere que nadie se pierda (2 Pedro 3:9, 1 Timoteo 2:4). Él prometió descanso para el débil, rescate para el alma moribunda, y vida eterna para el pecador que se arrepiente (Mateo 11:28; Isaías 61:1- 3; Juan 3:36). él sigue siendo nuestro Abogado con el Padre eterno (1 Juan 2:1 – 2) y Su sangre sigue limpiándonos de nuestros pecados (1 Juan 1:7). Por lo tanto, todo creyente debe de ver la tarea de predicar el evangelio y la de ganar almas como algo inevitable (1 Corintios 9:16). No te alejes de ello, no dejes de hacerlo (Romans 1:16).

Sin embargo, para hacer esta tarea divina de manera provechosa, necesitas sabiduría divina (Santiago 15:8, Hechos 17:15 – 34), un corazón compasivo (Mateo 9:36; 23:37) y el poder del Espíritu Santo (Hechos 1:8, 4:31; 16:16 – 18).

EL MENSAJE ES SIMPLE

La palabra, desde ell principio (Juan 1:1, 14) deja abundantemente claro que todas las almas son Suyas (Ezequiel 18:4) y que todas estas almas han pecado (Romanos 3:23). Cualquiera que confiesa y deja atrás su vida de pecado obtendrá misericordia (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:8 – 10), porque la gracia de Dios en Cristo Jesús le concederá vida eterna (Romanos 6:23). Este nuevo pacto en la sangre de Jesús, es el único que puede expiar los pecados del mundo (Hebreos 9:14).

CONCLUSIÓN

Si el Señor Jesucristo vio la predicación del evangelio como algo inevitable, entonces, los creyentes no tienen excusa. Él ha prometido que nosotros haremos obras aún más grandes (Juan 14:12) y que Él estará con nosotros siempre (Mateo 28:20). Ora y obedece ahora.

PREGUNTAS:

  1. ¿Por qué predicar el evangelio debe de ser un deber para todos los creyentes?
  2. Haz un resumen del mensaje simple del evangelio.

OTRA LECTURA

TAREA: Identifica cinco enemigos del evangelio.