Memoriza:“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12
Lee: Marcos 4:26 – 29
Parábola del crecimiento de la semilla
26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;
27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;
29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
MENSAJE
En la parábola del sembrador, Jesus explicó las diferentes categorías de personas que reciben la palabra de Dios. La última categoría es la semilla que cae en tierra fértil, hace raíces, germina y da buenos frutos. Ten en cuenta que la semilla, es la palabra de Dios y la tierra es el tu corazón. Siempre que escuchas la palabra de Dios, tiene lugar el proceso de plantación.
Así pues, para que la semilla tenga vida en tu corazón, debes de preparar tu corazón para recibirla, teniendo una mente abierta. No intentes adivinar lo que va a hablar el que predica cuando escuchas el título del mensaje. Tampoco no pienses que ya lo sabes todo sobre la palabra de Dios o sobre el predicador, hasta el punto en el que pones un muro en tu mente. Escucha atentamente a cada mensaje y medita en él después porque cuando lo hagas, la palabra será nutriente para tu corazón y dará fruto.
Jesús dijo en Juan 15:7; “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”
La palabra solo puede permanecer cuando meditas en ella, entonces, produce frutos que pueden ser o bien en forma de arrepentimiento o de cambio positivo.
PUNTO DE ORACIÓN: Señor, por favor haz que mi corazón sea tierra fértil para Tu palabra siempre.