DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza:“Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.” Génesis 27:20
Lee: Génesis 27:20 – 33
20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.
21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.
22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.
23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.
24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.
25 Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.
26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.
27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:
Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Y benditos los que te bendijeren. m
30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.
31 E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga.
32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.
33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 57 – 59
MENSAJE
Cuando Isaac le pidió a Esau que preparara una comida deliciosa con venado, para que él pudiera comer y así orar por él, Rebeca se aprovechó de la corta distancia entre la carpa de Jacob y su rebaño, asegurándose de que el guiso se preparara y la bendición robada antes de que volviera Esau. La rápida respuesta fue una ventaja para Rebeca y Jacob.
Una lección a aprender de los eventos que sucedieron poco después de la crucifixión de Jesús, es el gesto de la mujer que ungió Sus pies con aceite (Lucas 7:37 – 38). Fue en el momento adecuado. Muchos de nosotros somos demasiado lentos cuando se trata de dar nuestras ofrendas a Dios, o hacer el bien para con nuestras vecinos. Muchas veces, aquello que llamamos un gesto amable llega tarde.
Compartí una necesidad de la Iglesia con uno de mis hijos, y en vez de cubrir esa necesidad de inmediato, ya que era urgente, él dijo que iría y oraría por ello. A la semana siguiente cuando él vino, preparado para cubrir la necesidad, Dios ha había levantado a otra persona para resolver el problema. Él se sintió mal por ello. Fue una buena lección.
Algunas personas criticaron a la mujer de Betania por “malgastar” el aceite aromatizado, en vez de venderlo para proveer a los pobres. Jesús les amonestó diciendo:
"Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura." Marcos 14:8
Para cuando esta mujer, junto con otra mujer y la madre de Jesús fueron a ungir el cuerpo del Señor después de Su muerte, esto se había convertido en un gesto que llegaba tarde; Jesús había resucitado. Afortunadamente María Magdalena había dado sacrificio antes de que fuera demasiado tarde.
Debemos de estar siempre preparado para hacer el bien, de acuerdo con Gálatas 6:10;
"Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe."
Que el Señor te conceda la gracia y la sabiduría para ofrecer tus ofrendas y regalos a Él, en el momento adecuado, en el poderoso nombre de Jesús. Que Dios nunca considere tardía tu ofrenda o sacrificio hacia Él. Que el Señor nunca tenga que levantar a otra persona en tu lugar, en el poderoso nombre de Jesús.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Identifica áreas de necesidad en la Iglesia y en tu vecindario. Decide cubrir tantas de esas necesidades como puedes, antes de que sea demasiado tarde.