DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza:«El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.» Juan 6:54
Lee: Marcos 14:22 – 24
22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.
24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
BIBLIA EN UN AÑO: Nehemías 11 – 12
MENSAJE
Jesús ofreció su cuerpo a Sus discípulos, y por extensión, a nosotros, Sus apóstoles de este tiempo. Una invitación a la Santa Cena es una invitación a ser parte de la vida del Dador de Vida. El cuerpo de Jesús fue quebrantado por nosotros, y así, cuando participamos de la Cena del Señor, estamos comiendo el cuerpo de Jesús, el cual es carne, verdaderamente (Juan 6:48 – 50). Todo aquel que como Su cuerpo tiene vida eterna.
El significado de la Cena del Señor reside en su valor. El valor de la comida se determina tu implicación, el sacrificio que aportas a ella. Para darnos la Cena del Señor, Jesucristo tuvo que pagar un gran precio derramando Su sangre en la cruz. El Señor no pudo pagar tan alto precio solo para que nosotros nos quedáramos en la congregación de los muertos. Después de que se hubiera pagado un precio tan alto por esa comida, debemos de cosechar los beneficios de la vida al máximo. Jesús dijo:
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." Juan 10:10
La Santa Cena afecta positivamente a nuestro cuerpo, alma y espíritu. Cuando participamos en la cena que da vida, compuesta por el cuerpo quebrantado de Jesucristo, añadimos valor a nuestra vida. NO importa lo vacía o sin sentido que nuestra vida haya podido parecer, participar de la Santa Cena te da una nueva vida – teniendo la seguridad de que puedes tener una vida mejor, ve más allá y consigue cosas más grandes
Para acceder a los beneficios de la Santa Cena sin embargo, debes primeramente aceptar y reconocer a Jesucristo como tu Señor y Salvador, después empieza a vivir según los mandamientos del Aquel que pagó el más alto precio por la salvación de tu alma.
Tienes que tener cuidado de no participar de esta comida indignamente (1 Corintios 11:27 – 29), ya que hacer esto traerá condenación a tu vida. Por eso muchos están débiles y enfermos en la congregación. Para no participar de esta comida indignamente, debes de examinar tu vida y asegurarte de que no llevas un estilo de vida de inmoralidad sexual y otros pecados.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor que el cuerpo quebrantado y la sangre de Jesucristo, afecten de manera positiva en todas las áreas de mi vida, en el nombre de Jesús.