DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS PARA ADOLESCENTES
Memoriza:“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” 2 Corintios 9:6
Lee: Mateo 6:1 – 4
Jesús y la limosna
6 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
MENSAJE
En la lectura Bíblica de hoy, nuestro Señor Jesús nos da un ejemplo a seguir en cuanto a lo que hace una ofrenda aceptable. Él nos recuerda que nuestra dádiva es en definitiva para Dios, no para el hombre.
Cuando mi mujer y yo nos unimos al a Iglesia Cristiana Redimida de Dios, no se predicaba sobre las ofrendas y los diezmos, ni tampoco se pagaban. Pero mi esposa y yo profundizamos en lo que enseña la Biblia y descubrimos que una de las formas de ser bendecidos es a través de nuestras dádivas. Así que, cuando das en la Iglesia o a los pobres, estás dando a Dios y él definitivamente te recompensará.
La actitud de algunas personas en cuanto a dar es precisamente el obstáculo hacia su bendición. Cuando ayudas a una persona necesitada y después vas a contarle a otra persona lo que has hecho, como para presumir o hacerte el bueno delante de ella, lo más seguro es que no recibas una bendición como recompensa.
Cuando quieras dar a los menos privilegiados, no les des cosas viejas o sucias. Tampoco debes de dar tu ofrenda en la iglesia, en un sobre sucio o roto. Da con el convencimiento de que Dios está presente en ese mismo lugar, mirando lo que das y cómo lo das.
Da con todo tu corazón y sin esperar nada a cambio.
PUNTO CLAVE: Dios escudriña los motivos de tu dádiva antes de recompensarte. No des para aparentar ante los demás.