DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza: «Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.» Salmos 91:2
Lee: Salmos 71:3 – 7
3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
4 Dios mío, líbrame de la mano del impío,
De la mano del perverso y violento.
5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi juventud.
6 En ti he sido sustentado desde el vientre;
De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;
De ti será siempre mi alabanza.
7 Como prodigio he sido a muchos,
Y tú mi refugio fuerte.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezra 8 – 9
MENSAJE
El Altísimo es también una fortaleza. Una fortaleza es el lugar de donde sales para la batalla. Después de que hayas estado en el refugio por algún tiempo y te hayas preparado para la batalla, este refugio se convertirá en tu fortaleza. Una fortaleza es dónde te pones la armadura, te armas de poder y entonces sales a la batalla. Para un hijo de Dios, el Dios Todopoderoso, no solo es tu refugio, Él es también tu fortaleza. Jehová-Nissi no es solo el Dios que defiende, Él también ataca. Él es la Fortaleza Divina para los verdaderos hijos de Dios. El Dios que le dijo a Elías que se escondiera también era el que le dijo, pasado un tiempo, que saliera y luchara. Vemos que a un Elías diferente en 1 Reyes 18:40:
"Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló."
Otro ejemplo en 1 Samuel 17:43 – 45, Goliat había maldecido a David por el nombre de sus dioses y éste le entregó al Señor de los Ejércitos. Goliat fue avergonzado por sus dioses y sus armas, mientras que David fue protegido por los Brazos Eternos del Todopoderoso. Deuteronomio 33:27 dice:
"El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; El echó de delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye."
Nuestro Dios nunca pierde una guerra: David descubrió esta verdad, no es de extrañar que él dijera «Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente...» (Salmos 71:3) sabiendo muy bien que ninguna maldad hará caer a nadie que hace a Dios su habitación (Salmos 91:9 – 10).
Cuando haces al Todopoderoso tu habitación, tiene que vivir en santidad porque Él es santo. A algunas personas no se les pueda dar la oportunidad de pasar tiempo con personas importantes simplemente porque están sucios. Si no quieres privarte a ti mismo de los beneficios de vivir con el Rey de reyes y el Señor de señores, entonces tienes que dejar todos esos hábitos pecaminosos. Cuando haces a Dios tu fortaleza, Él te librará de toda forma de maldad de esta vida. Y al vivir una vida de santidad, Dios será tu habitación en el nombre de Jesús.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Haz un inventario de tu vida, empieza a dar pasos para cambiar cualquier cosa que te descalifica para tener al Señor como tu Fortaleza Segura.