DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS PARA ADOLESCENTES
Memoriza:“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 1:2
Lee: Mateo 9:19 – 22
19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
MENSAJE
La enfermedad no es para ningún hijo de Dios. Si en alguna ocasión te pones enfermo, Cristo ya ha hecho provisión para tu sanidad por Sus llagas en la cruz del Calvario. Esta sanidad está disponible para ti si has dado tu vida a Jesús. Sin embargo, cuando estás orando por sanidad, debes de tener fe.
Recuerdo poner esto a prueba cuando aún era joven o nuevo en la fe. Siempre que uno de mis hijos caía enfermo, oraba por él o ella pero guardaba una aspirina o paracetamol cerca de mi por si acaso la sanidad no venía. Esto continuó por un tiempo hasta que Dios honró mi fe y empezó a sanarles instantáneamente y sin tener que usar ninguna medicina.
Personalmente, en 43 años de mi caminar con Dios, he tenido dificultades de salud en menos de cinco ocasiones. Puede decir con valentía que soy un producto de salud divina y por gracia. ¿Estás enfermo?, la sanidad es tu derecho como hijo o hija de Dios. Reclámalo hoy.
PUNTO DE ORACIÓN: Ordeno a toda enfermedad en mi cuerpo que se vaya ahora. Soy sanado en el nombre de Jesús.