DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza:”De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.” Marcos 14:9
Lee: Marcos 14:3 – 9
Jesús es ungido en Betania
(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8)
3 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?
5 Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho.
7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.
8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Timoteo 1 – 4
MENSAJE
Jesús estaba en Betania cuando una mujer derramó un perfume caro en Su cabeza. Algunos hipócritas vieron esto como un desperdicio o un gasto innecesario porque sentían que el perfume se podía haber vendido por un buen precio y esa ganancia se podía haber dado a los pobres. Jesús vio a través de la hipocresía y dijo en Marcos 14:6 – 7:
"...Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis."
Asombra que algunas personas consideraran lo que esta mujer hizo por su Creador un desperdicio. Para sorpresa de ellos, Jesús dijo que ella sería recordada para siempre por ese acto en particular porque ella estaba haciéndolo en honor a Su entierro que estaba por venir. Hay muchas lecciones que puedes aprender de esto. Una, es que debemos de preparar a nuestros padres cuando ya son mayores para su funeral, pero debemos de hacer esto mucho antes de que mueran. Podemos hacer esto cuidando muy bien de ellos cuando están vivos. Esto es porque cualquier fortuna que gastemos en su funeral es un acto inútil. La muerte no aprecia los ataúdes de oro, tampoco los banquetes de manjares. En segundo lugar, la ley de la cosecha entrará en juego. Si cuidamos de nuestros padres cuando son mayores, a nosotros nos ocurrirá lo mismo, y las generaciones más jóvenes cuidarán de nosotros también.
Otra lección que podemos extraer de esta historia es que cualquier cosa que hacemos para Dios, no solo será apreciada en el momento, se guarda en la memoria divina. Vemos esto en Hechos 10:4. Lo que esta mujer hizo durante la Semana Santa hace dos mil años, sigue siendo noticia a día de hoy en el siglo 21. Jesús dijo que se hablaría de la buena obra de esta mujer dondequiera y siempre que el evangelio fuera predicado, y tan cierto como Su palabra, esto está ocurriendo. Debemos aprender también a no estar escuchando lo que dice la gente cuando nos sentimos movidos por el Espíritu Santo a hacer algo por Dios. Debemos de ser como Pablo, quien nos enseñó a no dejarnos aconsejar por la carne y la sangre antes de predicar el evangelio (Gálatas 1:16)
No esperes a que tus mayores se hayan muerto para celebrarles; la muerte no puede apreciar ninguna celebración. cuida de ellos mientras siguen vivos, muestra tu gratitud continuamente y llénales de amor siempre. Cuando hagas esto, te bendecirán y tu serás verdaderamente bendecido.
LLAMADA A LA ACCIÓN: ¿Cuál es la cosa que Dios te está pidiendo que hagas por Él? ¿Qué te está pidiendo que hagas por tus mayores? Ve y hazlo AHORA.