DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza: «Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.» Lucas 5:11
Lee: Marcos 10:28 – 30
28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.
29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
BIBLIA EN UN AÑO: Jueces 18 – 19
MENSAJE
Cuando Dios llama a alguien para hacer Su obra, siempre hay gloria porvenir para esa persona. Eliseo abandonó el floreciente negocio de agricultura de su padre, y Dios le hizo una figura nacional, de tal forma que los reyes le llamaban «Padre» (2 Reyes 6:21). En la lectura Bíblica de hoy, Jesús aseguró a Sus discípulos que su sacrificio sería recompensado al ciento por uno aquí en la tierra y que ellos disfrutarían de vida eterna en el Cielo. Nuestro Dios no es un deudor.
Cuando Dios me llamó a su obra a tiempo completo, tuve que dejar el campus universitario donde había estado viviendo en un duplex, para trasladarme a un apartamento minúsculo en Lagos, Nigeria. El nuevo apartamento era muy pequeño para mi familia y yo, así que pedí a Dios que me diera una casa más grande. El Señor entonces me dijo que estaba preparando una ciudad para mí. Hoy, el campo de Redención es el principio del cumplimiento de la ciudad prometida. Aún sigo esperando la ciudad, porque mi Padre en el Cielo dijo que aún no hemos visto nada. Jesús dijo en Marcos 10:29 – 30;
"...De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna."
Siempre que Dios quiere bendecir a una persona, Él normalmente le pide a la persona un sacrificio especial. Cuando Dios quería bendecir a Abraham, Él le tendió una trampa pidiéndole a su único hijo – Isaac, como sacrificio vivo. Abraham probó su amor por Dios obedeciendo. Dios preservó la vida de su hijo y también juró bendecirle tanto que a través de él, las familias de la tierra serían bendecidas. Abraham no solo fue bendecido, él se convirtió en una bendición (Génesis 22:15 – 18). De la misma manera, la viuda de Sarepta lo dio todo para ganarlo todo, y su familia fue alimentada los tres años y medio que duró la hambruna.
Este principio sigue vigente a día de hoy. Si tan solo rindieras todo a Dios. La obediencia en sacrificio como se ve en Abraham, Jacob, José, Moisés, Josué, Esther y otros grandes santos de la Biblia, es una inversión eterna. Si sigues este principio hoy, siempre tendrás más de lo que ofreciste, y más de lo que nunca hayas imaginado, en el nombre de Jesús.
PUNTO DE ORACIÓN: ¿Qué es eso que Dios te está pidiendo? Ofréceselo hoy y recibirás sorpresas placenteras.