DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza:“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 Juan 2:1
Lee: 1 Reyes 18:29 – 39
29 Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase.
30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.
31 Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre,
32 edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano.
33 Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña.
34 Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez,
35 de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja.
36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.
38 Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.
39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: !!Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
BIBLIA EN UN AÑO: Marcos 12 – 13
MENSAJE
Como creyentes, hay algunas lecciones que podemos aprender de la lectura Bíblica de hoy. Vemos que existe la posibilidad de romper el altar de Dios. cuando un hijo de Dios comete un pecado, él o ella rompe el altar de Dios. Cuando esto ocurre, la persona necesita reparar el altar que ha sido roto antes de poder progresar espiritualmente, físicamente y materialmente. Elias reparó el altar roto antes de ofrecer su sacrificio. El resultado fue que Dios contestó su oración con fuego.
Debes saber que no puedes caminar con Dios mientras que estás mojándote en el pecado. En el caso de que caigas en pecado, Dios no espera que te quedes en ese estado, debes de reparar el altar roto de inmediato como hizo Eliseo. Hay muchos altares en la vida de un hijo de Dios que el diablo quiere destruir. Estos incluyen el altar de alabanza, el altar de oración, el altar de la fe, por mencionar unos pocos. Cuando acabes de reparar el altar, tu suspenso, tu fallo se convierte en historia, tus debilidades se conviertes en fortalezas y lo imposible se vuelve posible (Mateo 17:20). Un altar roto puede ser reparado, no permitas que el diablo te diga lo contrario.
Al reparar hoy el altar roto de Dios en tu vida a través de un arrepentimiento verdadero, el Señor convertirá tu escasez en abundancia en el nombre de Jesús. Cuando la Biblia dice que somos el templo de Dios en 1 Corintios 6:19, está diciendo algo muy importante. Una de las características del templo es el altar. El altar es muy significativo en la adoración porque simboliza el trono de Dios. El altar es donde Dios habita y realiza Su obra. Es el lugar donde Él decreta y ordena los eventos que han de suceder en el universo. Es un privilegio por lo tanto, ser el templo viviente de Dios y por extensión, el trono donde Dios habita y exhibe Su majestad. 1 Pedro 2:5 dice;
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Tu sacrificio no será aceptable para Dios si hay pecado en tu vida. Pídele al Espíritu Santo que examine tu corazón y arrepiéntete de cada injusticia ahora.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Toma inventario de tu vida y mira donde el altar de Dios se ha roto. Repáralo con arrepentimiento, restituye tus caminos y clama a Dios por una completa restauración.