Como Escuchar a Dios

COMO ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS: CAPÍTULO SIETE

ALGUNOS PUNTOS A TENER EN CUENTA PARA ESCUCHAR A DIOS

¿Realmente quieres escuchar a Dios directamente? Entonces, además de lo que ya has leído, lee con detenimiento los puntos que tenemos a continuación, examina cada punto para ver si te afecta a ti directamente. Después, aplica todo lo que has aprendido y Dios ciertamente, te encontrará en tu necesidad.

QUÉDATE EN SILENCIO DESPUÉS DE ORAR

Después de orar, algunas personas a menudo, se apresuran en deja la presencia de Dios, justo cuando Él está a punto de decirles algo sobre la oración. Ese tipo de personas piensan que las oraciones son de un solo sentido. No esperan que Dios les conteste a sus oraciones en ese momento, y así es como pierden la oportunidad. Lo correcto, sin embargo, es quedarse en la presencia de Dios, en quietud, después de orar, esperando que Él hable. Dios quiere hablarte en cuanto a las oraciones que le acabas de decir. Por lo tanto, no es apropiado dejar la presencia de Dios con prisas después de terminar de hablar con Él. El secreto es que si Dios sabe que tú estás esperando a que Él hable, lo hará.

PEZ POR PEZ

No tengas miedo de si la voz que acabas de escuchar es de Dios o de satanás. Algunas personas, por causa del miedo de que puedan estar escuchando a la voz equivocada, acaban sin escuchar ninguna voz en absoluto, ni siquiera la de Dios. Si le has hablado a Dios, simplemente cree que Dios (y no satanás) también te contestará. También confía en que incluso si el enemigo intenta falsificar la voz de Dios, el Señor te ayudará a detectarlo y rechazarlo. Si Dios ve que tu confías completamente en que Él te hablará, Él es lo suficientemente sabio y capaz para también darte lo que has deseado y para protegerte de la serpiente.

«Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen… Mas al extraño no seguirán…. porque no conocen la voz de los extraños.»

JUAN 10:5, 27

EVITA EL ERROR DE SAMUEL

Samuel servía a Dios, como todo joven creyente que tiene ese entusiasmo del primer amor. Sin embargo, cuando Dios le llamó (le habló), en vez de responder a Dios, Samuel fue al hombre de Dios, Elí, que no le había llamado)1 Samuel 3:1- 8).

Él no espera que Dios le hablara directamente a él. Prefería ir al hombre de Dios en vez de tratar directamente con Dios. Hoy en día muchos creyentes prefieren ir a alguna persona «importante» de Dios, que tenga una gran unción, para que les aconsejen, en vez de ir a Dios directamente. La lección es que, solo después de que Samuel aprendiera a hablar con Dios directamente, Dios empezó a revelarle grandes cosas y pronto se convirtió en una gran hombre de Dios (1 Samuel 3:19, 21). No te conformes en tu corazón hasta que seas capaz de hablar con Dios directamente. Que el deseo de que Dios te hable directamente se manifieste en tu corazón. Entonces Dios te ayudará a empezar a escucharle.

Los hijos de Israel perecieron en el desierto porque no hicieron ningún esfuerzo, ni tampoco tenían ningún deseo de escuchar a Dios por ellos mismos. Se habían conformado con escuchar a Dios a través de Moisés solamente. Es peligroso dejar la salvación de nuestras almas en las manos de cualquier persona, no importa su aparente posición con el Señor. Vayamos más allá que el depender de los hombres y mujeres de Dios, por favor!

SINTONIZA SIEMPRE

Escuchar de parte de Dios es como recibir programas a través de un estudio de radio. Aunque los programas pude que se emitan desde la estación de radio, puede que haya interferencias que impidan recibirlo claramente en el aparato de radio. Para recibir correctamente, el aparato de radio tiene que estar en buenas condiciones, con una buena y potente antena. Sintonizar es entonces, necesario para quitar las interferencias.

De la misma manera, cuando estamos esperando recibir de parte de Dios, puede haber interferencias que bloqueen el camino. Las fuentes de esas interferencias espirituales incluyen, nuestros propios pensamientos que pueden empezar a rumiar sobre cualquier cosa. A veces la mente de uno puede empezar a pensar en lugares como por ejemplo la oficina, el supermercado, la cocina o cosas así, justo en el momento en el que uno va a empezar a orar. Si esto sucede, tenemos que hablarle a nuestra mente y pensamiento y ordenarles que que se calmen y se concentren en el asunto de la Palabra de Dios (2 Corintios 10:5).

El diablo también puede puede inyectar sustancias que distraen en nuestras mentes, como las flechas, que producen tendencias negativas como sentimiento de culpabilidad ( por pecados ya cometidos muchos años atrás) miedo, auto-compasión, duda, ansiedad. Debemos de cancelar esas interferencias de inmediato (en vez de pararse a pensar en ellas o considerarlas), ordenándoles que paren. Después debemos de, conscientemente, centrarnos en Dios para tener una recepción clara. El sentimiento de perdón a menudo, es muy poderoso causando interferencias a la clara recepción de voz de Dios. Debemos usar Hebreos 4:16 para vencerlo. En este pasaje dice que debemos de venir a Dios cuando estamos en NECESIDAD, y no esperar a que seamos lo suficientemente buenos.

Los pecados no confesados debe den confesarse en el momento en el que se traigan a nuestra atención. La ansiedad escondida también causa interferencias. Recuerda que el Señor dice que no debemos de estar ansioso por nada. Una mente relajada es necesaria para una centrarse espiritualmente y poder recibir de parte de Dios.

COMO UNA TELEVISIÓN

Somos como una televisión, pare recibir señal y los programas claramente se tienen que cumplir ciertas condiciones. Primera, la tele debe estar en buenas condiciones. Entonces debe estar enchufada a la fuente de energía. El enchufe debe de estar encendido para que la electricidad llegue a la televisión. La antena de televisión debe de estar colocada adecuadamente, cuanto más grande sea la antena mejor.

la tele aquí representa la persona en su estado natural. Estar conectado a la fuente de energía es estar en el Espíritu Santo, la Fuente de nuestro poder espiritual. Esto sucede cuando nacemos de nuevo y somos llenos del Espíritu Santo. Entonces volvemos a vivir. Tener el enchufe encendido significa permanecer y dejarse guiar por el Espíritu de Dios, mientras que apagar el enchufe es ahogar el Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19). Aquellos que han nacido de nuevo pero que viven en desobediencia a Dios están ahogando el Espíritu y pronto tendrán dificultades para escuchar la voz de Dios.

En esta ilustración la antena de televisión es como nuestra fe, pues la fe nos ayuda a recibir la señal. Cuanto más grande sea nuestra fe, más recibiremos. No te preguntes si has recibido la antena espiritual (la fe) porque ciertamente la has recibido, de otra manera no estarías leyendo este libro. Sin embargo, lo que necesitas sea extender la antena ya que una antena que está guardada y no es lo suficientemente grande no puede recibir bien. Extender la antena es ejercitar nuestra fe. Para enfatizar, una antena que está guardada o no ha sido extendida es una fe que no está ejercitada e impide escuchar la voz de Dios.

DEMUÉSTRALA

La fe se demuestra con obras. Si has escuchado la voz de Dios actúa sobre ella (ponla en acción). Eso animará a Dios a hacer que Su voz sea más clara y alta la próxima vez – ya que Él ya sabe que tu también actuarás sobre ella. La obediencia repetitiva gradualmente quita los obstáculos, y entonces puedes caminar con Dios cara a cara, como lo harían los mejores amigos.

DIOS PUEDE DECIR QUE NO

Este es otro punto vital a tener en cuenta en tu búsqueda de una relación más cercana con Dios. Dios puede decir que no. Si!, déjame recordarte que, cuando intentes escuchar la voz de Dios, debes de estar preparado para escucharle incluso cuando dice que no. Este recordatorio es necesario porque a menudo, y a veces inconscientemente, nos hemos comportado como si Dios nunca dijera que no. A menudo hemos dicho que Dios solo ha contestado cuando dice que si. Cuando él dice que no parece que no escuchamos, y como no escuchamos seguimos preguntando.

Aprendamos de un gran hombre de Dios, Pablo. Pablo tenía una necesidad en su vida – quería que una aflicción maligna se fuera – y tres veces oró a Dios para que la quitara de él. Dios dijo que no como respuesta y Pablo no pretendió no haber escuchado ese no. En consecuencia, él dejo de pedir y en vez de eso ajustó su mente y su actitud hacia el problema. Vamos a escuchar a Pablo contar la historia;

"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia..." 2 Corintios 12:7 - 9

El entendimiento de Pablo sobre de Dios cambio a mejor gracias a esta situación, él dijo;

"Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo." 2 Corintios 12:9

Hoy, las personas corren de una lado para el otro esforzándose porque hacer que una u otra aflicción desaparezca de sus vidas. En el proceso, muchos van a parar a las manos equivocadas, donde son iniciados en varios cultos satánicos. No es bueno que un creyente vaya por ahí como alguien que no tiene un Ayudador. En vez de eso debemos de ir a Dios con nuestros problemas y necesidades y tener la mente lo suficientemente abierta como para escucharle decir

«si», «espera», «aún no», «no»

etcetera. Debemos de aplicar Sus respuestas a nuestras vidas por muy difíciles que parezcan. Su gracia siempre nos acompañará incluso cuando Él permita que una situación difícil permanezca en nuestras vidas.