Devocional Cielos Abiertos

PREDICA LA PALABRA

Memoriza: «que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.» 2 Timoteo 4:2

Lee: Lucas 8:38 – 39

38 Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo:

39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.

BIBLIA EN UN AÑO: Romanos 4 – 7

MENSAJE

Hay una escasez de vigilantes en la Iglesia hoy en día. Esto no significa que no hay evangelistas; el desafío sin embargo, es la escasez de aquellos que están realmente predicando la palabra. Muchos Cristianos disfrutan de la gracia de Dios, su perdón, su sanidad, sus cambios para mejor, su paz y su gozo que proviene de la predicación de otros, pero fallan en compartir estas buenas noticias así que muchas personas solo pueden beneficiarse de la benevolencia de Dios.

Dios no quiere que Sus hijos estén contentos adorando solamente en bonitas Catedrales, más bien Él quiere que salgamos fuera y plantemos Iglesias – especialmente en áreas donde no hay o hay muy pocas. Él quiere que compartamos parte de lo que se nos ha dado. Por esta razón, el Señor está recordando lo que dijo a través de Pablo a Timoteo, que debemos predicar la palabra cuando es conveniente e incluso cuando no lo es (2 Timoteo 4:2). Lo que hace que nuestra prédica sea valiosa es que contenga palabra que reprueba, reprende, exhorta y sana doctrina. Solo con esto las personas podrán conocer y ser capaces de obedecer la palabra de Dios. Juan 7:16 – 17 dice;

«Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.»

La lectura Bíblica de hoy revela una obligación fundamental de todo Cristiano verdadero, la cual, desafortunadamente, se sobreestima a menudo hoy en día. Una persona poseída por el demonio se encontró con Jesús, e inmediatamente fue liberada. Después de su encuentro, esta persona quería quedarse con Jesús , pero él le envió a propagar las buenas noticias entre su pueblo. Esto es exactamente lo que el Señor espera de nosotros. Sin embargo este mandato, no implica que abandonemos a Jesús y hagamos lo que nos plazca. En Juan 15:4 – 5, Jesús dice;

«Permaneced en mí, y yo en vosotros…porque separados de mí nada podéis hacer.»

Al mismo tiempo, Él también dice «…: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.»(Marcos 16:15). Por lo tanto amado, te animo que empieces a propagar las buenas noticias de lo que el Señor ha hecho por ti y de lo que Él es capaz de hacer por otros también. Que Dios te ayuda así como le obedeces.

Llamada a la Acción: Decide no dormir hasta que des testimonio de la bondad de Jesucristo por lo menos a tres personas hoy.