Memoriza: «!!Ay del que da de beber a su prójimo! !!Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!» Habacuc 2:15
Lee: Génesis 19:31 – 38
31 Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra.
32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia.
33 Y dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó.
34 El día siguiente, dijo la mayor a la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia.
35 Y dieron a beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la menor, y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó.
36 Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre.
37 Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy.
38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy.
BIBLIA EN UN AÑO: Flipenses 1 – 4
MENSAJE
«!!Ay del que da de beber a su prójimo! !!Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!» Habacuc 2:15
No solo es un pecado el beber alcohol, también es un pecado ofrecérselo a otros. Solía pensar que estaba bien dar alcohol a otra persona para que bebiera siempre y cuando yo no bebiera, hasta que mi Padre en el Señor predicó que estaba mal y él lo respaldó su prédica con el pasaje Bíblico anterior.
El día que escuché ese mensaje, me deshice de todas las bebidas alcohólicas que guardaba en casa para entretener a mis invitados, porque no quería que pendiera una maldición sobre mi cabeza. En aquellos tiempos, tenía amigos que eran marineros, y siempre que viajaban me traían todo tipo de bebidas alcohólicas. Algunas de mis otros amigos sabían esto y siempre me visitaban cuando querían beber. Siempre que llegaban me decían «No podemos pasar por la casa del rey sin decirle hola». No me daba cuenta de que yo era el «rey» del alcohol. Le doy gracias a Dios de porque ahora soy bien conocido por ganar almas y por santidad.
Habacuc 2:15 dice que si una persona conoce los peligros del alcohol y lo evita, pero aún así se lo da a otros, entonces vendrá aflicción sobre esa persona. Así pues, cuando estás organizando una fiesta y algunas personas están sugiriendo que sirvas alcohol aunque tú no bebes, diles que tú no quieres ninguna maldición sobre tu vida.
Si realmente amas a tus vecinos y familiares, les persuadirás para que dejen de tomar alcohol, y no se lo ofrecerás. La Biblia dice:
«Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.» Proverbios 31:6
¿Tus familiares y amigos están preparados para morir? ¿Quieres ser un instrumento en las manos del diablo para hacer que alguien muera? Si tu respuesta es «no» entonces no deberías de ofrecerle alcohol a nadie.
Cuando las hijas de Lot le ofrecieron alcohol a su padre, pensaban que estaban haciendo algo bueno para él, pero su decisión maldita creó más tarde enemigos a Israel (Génesis 19:37 – 38).
Punto Clave: Ofrecer alcohol a las personas traerá maldición sobre ti y finalmente te conducirá a tu destrucción.