Devocional Cielos Abiertos

¿CÓMO DE DESESPERADO ESTÁS TÚ?

¿CÓMO DE DESESPERADO ESTÁS TÚ?

Memoriza: «Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.» Génesis 32:26

Lee: Génesis 32:24 – 30

24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[a] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[b] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

BIBLIA EN UN AÑO: Efesios 1 – 3

MENSAJE

Hay muchas bendiciones que han sido preparadas para los hijos de Dios, pero muchos no las reciben porque no están lo suficientemente desesperados. En nuestra lectura Bíblica de hoy, Jacob luchó con Dios porque él estaba desesperado por una bendición. Marcos 2:4 – 5 nos dice que él hombre paralítico fue sanado porque él y sus amigos estaban desesperados por su sanidad. Te digo, si estuvieras desesperado, ese problema por el que has estado esperando en Dios podría ser ya historia.

Desafortunadamente, algunos Cristianos consideran las malas situaciones como su destino. Eso no debería de ser así. No hay nada que tu no puedas cambiar si te acercas a Dios desesperadamente.

Había un festival de artes en uno de los estados del norte de Nigeria algunos años atrás, y algunas de las personas que asistieron desde el sur tuvieron un grave accidente en el camino de vuelta a casa. Había un hombre joven – un Cristiano que también estaba en el accidente. Él estaba entre los pocos que habían sobrevivido pero estuvo en coma durante días. De vez en cuando, salía del coma y gritaba solo una palabra, «Jesús», entonces volvía a perder la consciencia. Un día, él se levantó de nuevo y dijo «Jesús», entonces abrió sus ojos y continuó diciendo, «Muerte, no me vas a tener: me niego a morir». Estoy seguro de que el estaba a punto de morir, pero luchó y venció. Las fuerzas de las tinieblas y el infierno no pudieron atraparle porque él se aferró desesperadamente a Jesús.

¿Vas a dejar que el diablo te atrape en esa situación? ¿Vas rendirte y dejar que el diablo se salga con la suya? Debes de estar desesperado en tus oraciones hoy. Debes de decirle al diablo «De ninguna manera!» No voy a dejarte tener la última palabra en este asunto.

Ahora, ve y ora a Dios sobre ese problema molesto. Dile que no descansarás hasta que Él te haya contestado. Sigue clamando el nombre de Jesús sobre esa situación. Hoy es tu día de liberación. Si no tienes nada por lo que orar, ora por otra persona, o puedes orar por mi.

Llamada a la acción: Ora desesperadamente hoy sobre ese problema que ha estado en tu vida por tanto tiempo. Uno mi fe con la tuya y decreto que tus respuestas vendrán rápidamente en el nombre de Jesús.