SE ESPIRITUALMENTE SENSIBLE
Memoriza: “En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.” 1 Corintios 2:15
Lee: Jueces 16: 4 – 21
Sansón y Dalila
4 Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.
5 Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.
6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.
7 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres.
8 Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella le ató con ellos.
9 Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: !!Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.
10 Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado.
11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.
12 Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en el aposento. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo.
13 Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. El entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca.
14 Y ella las aseguró con la estaca, y le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.
15 Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza.
16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.
17 Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.
18 Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero.
19 Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él.
20 Y le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.
21 Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 8 – 10
MENSAJE
Una mujer mayor una vez, le dio a su nuera un trozo de pan diciendo “Come y úsalo para bloquear tu útero”. La chica se lo comió preguntándose que tipo de declaración era esa. Años después sin embargo, esta chica seguía sin poder tener hijos.
Un día, ella se enteró de que íbamos a tener una cruzada en la ciudad donde ella vivía, así que decidió ayunar para prepararse para el programa. Cuando aún seguía ayunando y orando, ella soñó que un hombre quitaba una cuerda que ella había llevado durante mucho tiempo en su estómago y al final de la cuerda había un trozo de pan – el mismo pan que su suegra le había dado años atrás. Las palabras de su suegra eran reales, ella bloqueó su útero. Para la gloria de Dios, ella fue liberada ese día.
En el poderoso nombre de Jesús, decreto que tu eres liberado o liberada de cualquier atadura en tu vida.
Tienes que ser sensible espiritualmente si no quieres caer presa del diablo. Cuando el diablo ataca los negocios de algunas personas, éstos tratan de darle una explicación lógica a lo sucedido – ya sea culpando a la economía, a sus competidores, a las políticas del gobierno y otras razones similares. Algunos piensan que es el tiempo, cuando sus hijos caen enfermos continuamente. Es el momento de levantarse y decirle “Basta ya!” al diablo. Si sigues tolerando al diablo, él seguirá atormentándote. No puedes continuar tomándote los asuntos espirituales a la ligera, tienes que levantarte y orar. Levántate y envía al diablo fuera de tu vida. Embárcate en un ayuno y dile a Dios “Hasta que esto no se acabe, no voy a dejar esta montaña”.
Génesis 18:2 dice;
“Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,”
No pierdas esas oportunidades que cambian la vida por culpa de la ignorancia. Solo Dios sabe cuántos años Abraham hubiera tenido que esperar por su hijo prometido si no hubiera sido lo suficientemente sensible como para hospedar a esos ángeles que pasaron por su casa. Imagina si Jacob no hubiera luchado con ese ángel en Génesis 32:24 – 32, quizás no se hubiera convertido nunca en una gran nación. Tienes que se espiritualmente sensible para saber cuándo Jesús está pasando para poder obtener lo que quieres antes de que sea demasiado tarde. Cuando digo que estar en un programa o una cruzada es una oportunidad única en la vida, algunas piensan que solamente estoy animando a la congregación, sin embargo, aquellos que son sensibles atienden a una cruzada o a un programa con un corazón expectante y obtienen sus testimonios. Tienes que ser sensible a las cosas espirituales, de esta manera tú también podrás vivir en victoria.
Punto de Oración: Hoy, me libero de toda atadura en la que haya caído debido a la negligencia o cualquier otra razón, en el poderoso nombre de Jesús.