SUMISIÓN Y VICTORIA
Memoriza: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.» Santiago 4:7
Lee: Mateo 8:5 – 9
Jesús sana al siervo de un centurión
(Lc. 7.1-10)
5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Juan 1, 3 Juan 1
MENSAJE
La sumisión va de la mano de la victoria. Santiago 4:7 dice que tu debes de primeramente someterte a Dios, solo entonces puedes resistir al diablo y él huirá. En otras palabras, si no te has sometido a Dios no puedes tener victoria sobre el diablo. Muchos de nosotros no queremos someternos a Dios, aún así queremos echar fuera demonios.Malaquías 3:10 dice que debemos de traer todos nuestros diezmos a Su casa; no queremos obedecer esto, pero queremos que Dios abra las ventanas del Cielo y traiga un cambio en nuestras vidas. Esto no sucederá porque si tu no te has sometido a las condiciones de Dios, no puedes conseguir nada por parte de Él.
La gente que está en el ejército entiende este concepto muy bien. Ellos saben que siempre y cuando ellos sean sumisos a sus superiores, continuarán disfrutando de la autoridad que ellos tienen sobres sus subordinados. Esto es de lo que el centurión estaba hablando en Mateo 8:9 cuando le dijo a Jesús;
«Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.»
¿Hay alguna área de tu vida en la que has estado orando y confiando en Dios por un milagro? Quizás debas de examinar tu nivel de sumisión a Dios. Una vez que tu eres completamente sumiso a Él, la victoria está asegurada. Saúl experimentó derrotas y murió de una manera vergonzosa porque se sintió demasiado grande como para someterse a Dios. David, por el contrario fue un gran rey, ganando muchas victorias porque él era sumiso a Dios. Él dijo en Salmos 40:8;
«El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.»
Esposas, recordad que la manera de conseguir lo que queréis de vuestros maridos es a través de la sumisión, no con argumentos y luchas. Cuando él dice algo en lo que tu no estás de acuerdo, no vayas a discutir directamente, primero actúa en sumisión, después puedes sugerir una alternativa. De esta manera él te escuchará. Ahora bien, si él no se pone de acuerdo contigo, tú debes de ponerte de acuerdo con su decisión y hacer lo que él dice, pero por lo menos sabes que él puso tu idea en consideración. Y ahora, habiendo establecido en su mente tu sumisión, es más fácil conseguir algo de él que cuando él te veía demasiado intransigente.
Punto Clave: Cuanto más bajo te inclines, más alto llegarás.