ESPERA EN EL SEÑOR
Memoriza: «Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.» Salmos 40:1
Lee: 1 Samuel 30:1 -19
David derrota a los amalecitas
30 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego.
2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino.
3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.
4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.
5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas.
6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
7 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.
8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.
9 Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron algunos.
10 Y David siguió adelante con cuatrocientos hombres; porque se quedaron atrás doscientos, que cansados no pudieron pasar el torrente de Besor.
11 Y hallaron en el campo a un hombre egipcio, el cual trajeron a David, y le dieron pan, y comió, y le dieron a beber agua.
12 Le dieron también un pedazo de masa de higos secos y dos racimos de pasas. Y luego que comió, volvió en él su espíritu; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches.
13 Y le dijo David: ¿De quién eres tú, y de dónde eres? Y respondió el joven egipcio: Yo soy siervo de un amalecita, y me dejó mi amo hoy hace tres días, porque estaba yo enfermo;
14 pues hicimos una incursión a la parte del Neguev que es de los cereteos, y de Judá, y al Neguev de Caleb; y pusimos fuego a Siclag.
15 Y le dijo David: ¿Me llevarás tú a esa tropa? Y él dijo: Júrame por Dios que no me matarás, ni me entregarás en mano de mi amo, y yo te llevaré a esa gente.
16 Lo llevó, pues; y he aquí que estaban desparramados sobre toda aquella tierra, comiendo y bebiendo y haciendo fiesta, por todo aquel gran botín que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá.
17 Y los hirió David desde aquella mañana hasta la tarde del día siguiente; y no escapó de ellos ninguno, sino cuatrocientos jóvenes que montaron sobre los camellos y huyeron.
18 Y libró David todo lo que los amalecitas habían tomado, y asimismo libertó David a sus dos mujeres.
19 Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David.
BIBLIA EN UN AÑO: Colosenses 1 – 4, Filemón 1
MENSAJE
Todo creyente debe de entender y practicar el esperar en el Señor. En nuestro pasaje Bíblico de hoy, vemos que durante la tribulación y el exilio de David, su base fue asaltada cuando estaba fuera con sus hombres. Todas sus propiedades, esposas e hijos fueron asaltados sin piedad. Cuando llegaron quedaron abrumados por la tristeza, de tal forma que todos lloraron. Cualquier otra persona hubiera perseguido a los perpetradores de tal acto de inmediato, pero como hemos observado en un estudio anterior, David buscó el rostro de Dios para que Él le dirigiera, y esperó en Él aunque esto no pareciera lo más inteligente en esos momentos.
El movimiento más inteligente y valiente que se hubiera esperado de soldados valientes como David y sus hombres hubiera sido asegurar que no perdían ni un minuto en ir detrás del enemigo.
Normalmente, cuanto más tiempo perdían, más pocas eran las posibilidades de poder alcanzar y recuperar a sus seres queridos y sus pertenencias. David, sin embargo, decidió esperar pacientemente en Dios y recibir Sus instrucciones, aprobación y bendición antes de hacer cualquier movimiento.
La Biblia dice que al recibir la palabra de Dios en cuanto al asunto, ellos se pusieron en marcha. El versículo 19 del mismo capítulo dice;
«Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David.»
La recuperación de tu ministerio, tu vida, tu carrera y tu negocio quizás solo depende de que esperes en el Señor para que te de instrucciones antes de tomar una decisión. Esperar en el Señor incluye oración, ayuno y normalmente, paciencia que es donde fallan la mayoría de creyentes. Dios es el Todo en Todo, el que sabe el final desde el principio. No hay riesgo en esperar en el Señor.
Así como David encontró fortaleza en esperar en el Señor, en este tiempo te deseo que tú también encuentres la fortaleza para hacer hazañas en el poderoso nombre de Jesús.
Así como David persiguió a sus enemigos y recuperó todo lo que habían perdido, tu también recuperarás toda oportunidad perdida y bendición en el poderpso nombre de Jesús.
Pon a Dios primero siempre y espera pacientemente en Él en todas las áreas de tu vida. Él nunca te defraudará.
Llamada a la Acción: Espera en el Señor y tu ciertamente testificarás, en el poderoso nombre de Jesús.