ESCUELA DOMINICAL – DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE DE 2020 – LECCIÓN 6: LAS BIENAVENTURANZAS DE LOS JUSTOS
VERSÍCULO A MEMORIZAR: “El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.” Salmos 92:12
PASAJE BÍBLICO: Salmos 1:1 – 3
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
INTRODUCCIÓN: Salmos 1 es como una especie de introducción al resto de los Salmos. Trata de algo muy general y básico. Toca dos temas que aparecen continuamente a lo largo de todos los Salmos: Las BIENAVENTURANZAS del justo y la condena del impío. En esta lección, haremos una exposición de Salmos 1:1 -3 que trata sobre el carácter del junto y las condiciones para una bendición divina.
EL CARÁCTER DEL JUSTO
El Salmista empieza con el carácter y las condiciones del hombre de Dios. El carácter es expresado en el versículo uno. “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado”
Ser bendecido significa estar altamente favorecido por una gracia divina y disfrutando de la felicidad del cielo.
Primeramente, “la persona” recibe las bendiciones de Dios porque “no camina en el consejo de los malvados. Los consejos de los malvados son consejos, planes y propósitos que no son conforme a la palabra de Dios (Proverbios 1:10, 1 Reyes 12:9 – 14, 2 Samuel 13:3-5, 14). El malvado es uno que vive y actúa sin tener conciencia de Dios – con maldad e injustamente. Por lo tanto, la persona (un creyente en Cristo) que disfrutará las bendiciones de Dios no debe de abrazar los principios de los malvados, adoptar sus filosofías o animar sus prácticas (Efesios 5:11, Proverbios 24:1, 2 Corintios 6:14 – 15, 2 Tesalonicenses 3:6).
En segundo lugar, “la persona no debe de estar en compañía de pecadores (Proverbios 1:11 – 15, 4:14 – 15). Esto es, no debe de comprometerse, tomar parte o someterse a la posición de los pecadores (Mateo 26:14 – 16). Un pecador es una persona que transgrede la ley (1 Juan 3:4), no se implica en injusticias (1 Juan 5:17) o rechaza hacer lo que está bien (Santiago 4:17). Por lo tanto, la persona (el creyente en Cristo) que disfrutará de las bendiciones de Dios debe de conocer cual es su posición en Cristo, estar firme en su fe y huir de cualquier apariencia de maldad (2 Timoteo 2:19, Gálatas 5:1, 1 Tesalonicenses 5:22).
En tercer lugar, “la persona no debe de sentarse en el sitio de los escarnecedores”. Los escarnecedores son aquellos que se burlan (hablan mal de alguien) el cielo o cualquier cosa que representa a Dios. Ellos desafían abiertamente todo lo que es sagrado, Se burla de la religión y se cree que el pecado es una broma (Éxodo 5:2, 2 Crónicas 32:10 – 15, Nehemías 2:19). Los insensatos quizás tengan pensamientos insensatos (Salmos 14:1) pero los escarnecedores van un poco más allá y expanden estos pensamientos orgullosamente. Los escarnecedores no pueden ser alcanzados por la Palabra porque se niegan a escuchar (Proverbios 9:8, 13:1, 15:12). Por lo tanto, la persona que será bendecida no se relaja con aquellos que se sientan seguros en sus debilidades. Él o ella no se asocia con aquellos que buscan en cábalas formas y medios para el soporte y el avance del reino del diablo, o que se sientan en juicio abierto para condenar la generación de los justos (Salmos 69:12).
La gran lección a aprender de todo el versículo uno es que el pecado, es progresivo, ser propenso a la maldad o actos de maldad nos lleva a otro acto de maldad. Aquel que Actúa según el mal consejo, pronto hará obras del diablo, y aquel que se deja llevar por acciones malvadas quizás acabe su vida apostatando totalmente de Dios (Santiago 1:14 – 15). Así como bienaventurado es aquel que evita los caminos de los que obran iniquidad, miserable en gran manera es aquel que actúa de manera contraria.
LA CONDICIÓN PARA LA BENDICIÓN DIVINA Y SUS RESULTADOS
En el versículo dos, la condición para ser bendecido se constata “Pero su deleite está en la ley del Señor, y medita en su ley día y noche”. Esto significa que la voluntad de la persona, sus deseos, afección, cada motivo en su corazón y todo principio que mueve su alma están del lado de Dios y Su verdad. Él o ella consideran la ley del Señor como la regla de su vida. La ley del Señor es la Palabra de Dios (Salmos 119:1, 47:97, Santiago 1:25).
Meditar en la palabra de Dios es to discutir con uno mismo sobre las grandes cosas que ésta contiene, pensando en ella concienzudamente y fijando nuestros pensamientos en ella. La meditación debe de continuar hasta que una sea apropiadamente afectado con esas cosas y experimente el sabor y el poder de la palabra en su corazón (Josué 1:8, Salmos 119:11, Proverbios 4:20 – 22).
El resultado del cumplimiento de la condición de ser bendecido se encuentra en el versículo tres: “Y serán como el árbol plantado a la orilla de las aguas, que trae su fruto a su tiempo; sus hojas no se secarán; y cualquier cosa que haga prosperará” Esta verdad también se dice en Jeremías 17:8. Una persona plantada en el río es como una persona que tiene suministro continuo de nutrición y refrigerio. La fuerte de sus bendiciones es la Palabra de Dios. Él es intencionadamente posicionado, cultivado por Dios y crece en el conocimiento y servicio de Dios (Salmos 92:12 – 13). Experimentará productividad irreversible y no sufrirá pérdida de ningún tipo (Juan 15:4 – 7). Él gozará de salud, prosperidad y gozará de los frutos de su trabajo (Isaías 3:10, 3 Juan 2).
CONCLUSIÓN: Para permanecer en la bendición, uno tiene que abstenerse de cualquier apariencia de maldad y vivir conforma a la palabra de Dios.
TAREA: Identifica cinco personas que la Biblia llama justos con una referencia de las escrituras que apoya cada una de tus respuestas.