Devocional Cielos Abiertos

DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS – MARTES 1 DE SEPTIEMBRE DE 2020 – SUS BRAZOS ESTÁN ABIERTOS

DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS – MARTES 1 DE SEPTIEMBRE DE 2020 – SUS BRAZOS ESTÁN ABIERTOS DE PAR EN PAR

Memoriza:Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9

Lee: Lucas 15:11 – 32

11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;

12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.

13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.

14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.

15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.

16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.

17 Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.

22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;

24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;

26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.

28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.

29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.

30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.

31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.

32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 20 – 21

MENSAJE

Si tu le extiendes tu mano a alguien para darle un apretón de manos, la persona seguramente no la aceptaría si la mano está sucia. Naturalmente, los humanos evitan manchar a la gente que está limpia. Sin embargo, Dios no opera de esa forma, Él está deseoso por darte un abrazo incluso cuando estás sucio.

El padre del hijo pródigo por ejemplo, no le pidió que se bañara antes de poder abrazarle. Él vio a su hijo desde lejos y corrió para reunirse con él (Lucas 15:11 – 32). La mujer con el problema de flujo de sangre había estado sangrando durante doce años. Ella quizás olía mal, los médicos quizás hubieran llevado todo su dinero y ella iba vestida con harapos, pero ella quiso tocar a Jesús – Aquel que todo el mundo celebraba. Considerando su estado, normalmente, ella no hubiera querido acercarse, pero ella lo hizo. Ella quizás se sintió demasiado sucia como para hablar, así que decidió simplemente tocar el borde de Su manto. Ella no se apartó completamente por estar sucia. Ella actuó y Él no la rechazó; Él incluso oró por ella (Lucas 8:43- 48).

Los incontables pecados cometidos – robar, adulterio, fornicación, o incluso asesinato, quizás te hagan sentir sucio. Así que, quizás pienses que Dios no puede aceptarte ya. Escucha. él está esperando a que des un paso hacia delante, hacia Él. No hay pecado demasiado grande que la sangre de Cristo no pueda lavar, tampoco hay ningún pecador demasiado culpable para que Él no lo perdone.

Tu quizás no seas capaz de orar sin trabas si sigues sintiéndote sucio. En este caso, tienes que primeramente orar por ser perdonado. Todo lo que Él necesita es un arrepentimiento verdadero y Él hará el resto.

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” Santiago 4:8

Todo lo que Él requiere es que tú des un paso hacia delante, hacía a Él y Él hará el resto. Incluso si has entrado en pacto con el diablo y le has vendido tu alma, Dios puede ayudarte. él sigue siendo el mismo; Él sigue liberando a los justos que están cautivos. (Isaías 49:24 – 46).

Sus brazos siguen abiertos de para en par, ven a Él ahora que Él está cerca (Isaías 55:6). No esperes hasta que sea demasiado tarde.

Punto Clave: Propaga las buenas noticias del amor incondicional de Dios y si has pecado, ven a Él así como eres. Sus brazos siguen abiertos de par en par.