DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS – VIERNES 28 DE AGOSTO DE 2020 – UNA PROMOCIÓN EN EL PROBLEMA
Memoriza: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28
Lee: 2 Crónicas 20: 1 – 26
Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.
2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.
3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.
4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.
5 Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;
6 y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?
7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?
8 Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:
9 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.
10 Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese;
11 he aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión.
12 !!Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.
13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos.
14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión;
15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.
16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.
17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.
18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová.
19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.
20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.
21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.
22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.
23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.
24 Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.
25 Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.
26 Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca,[a] hasta hoy.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 9 – 12
MENSAJE
Mientras que muchas personas ven las montañas como obstáculos, nosotros como Cristianos debemos de considerarlas como piedras que nos ayudan a saltar a lo más alto.
Había una vez un joven rey que amaba al Señor y estaba totalmente entregado a Dios, así que el Señor decidió bendecirle. Dios consiguió tres reyes muy adinerados para atacar a este joven rey, y cuando este rey escuchó sobre el inminente ataque, corrió hacia Dios, “Padre, ¿qué es lo que he hecho para que me rodeen todos estos problemas?” Alguien que está leyendo este devocional está preguntado a Dios la misma pregunta. No te preocupes, todos tus problemas te conducirán a grandes testimonios en el poderoso nombre de Jesús. Dios le dijo al joven rey “Esta batalla no es para que tu la pelees, sino para que acumules riquezas. Tú simplemente alábame de camino al campo de batalla, y lleva carretillas. Tengo una sorpresa esperándote ahi. “. El joven rey reunió a su gente y alabó a Dios como nunca antes lo había hecho mientras se aproximaban al campo de batalla. Dios entonces le dijo a los tres reyes “Ahora empezad a mataros los unos a los otros”. Los tres reyes terminaron completamente los unos con los otros y dejaron todas las riquezas con las que fueron para este joven rey. Les llevó a él y su ejército de adoradores tres días para transportar todo a sus casas. Su nombre era Jeosofat (2 Crónicas 20).
También hubo un pequeño joven llamado David. Un problema gigante había aparecido en contra de su nación y todo el mundo estaba aterrorizado. Él no tenía miedo porque reconoció que este problema era uno de esos problemas que terminaban en promoción. Cuando estuvo seguro que el solucionar el problema garantizaría su promoción, él se enfrentó al problema en el nombre del Dios de Israel. – Jehová Nisi – En pocos minutos , la cabeza del gigante estaban en sus manos y él se volvió aún más popular que el rey de la nación.
Algo que tienen en común estos dos personajes es que alabaron el nombre de Dios, si quieres que todos tus problemas te conduzcan a una promoción en tu vida, pasa un buen tiempo alabando el nombre del Señor hoy. Canta como David;
“Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.” Salmos 9:1
Punto Clave: La alabanza convierte los problemas en promociones.