DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS – DOMINGO 9 DE AGOSTO DE 2020 – ESCUCHA AL ESPÍRITU
Memoriza: “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” Gálatas 5:25
Lee: 1 Samuel 15:22 – 23
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
BIBLIA EN UN AÑO: Jeremías 10 – 13
MENSAJE
Muchas veces , el Espíritu nos habla, pero solo aquellos que sienten su voz la escuchan y la obedecen. Si el Espíritu Santo habita en ti, Él se comunicará contigo a través de susurros. Quizás sientas que es solo tu mente, pero créeme, es el Espíritu Santo, así que escucha. Como Cristiano, necesitas acostumbrarte a la voz de Dios y reconocer cuando Él te está guiando hacia una dirección en particular. Conocer esto puede ahorrarte un montón de problemas. Job 32:8 dice;
“Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.“
Si el Espíritu de Dios te está urgiendo a orar, hazlo de inmediato. No sabes lo que quiere que domines en el Espíritu o lo urgente que pueda ser. También puede ser que Él está trayendo algo a tu vida y tú tienes que estar en oración para poder recibirlo. Imagina si Pedro se hubiera ido al servicio cuando el Espíritu descendió en el día de Pentecostés. El fuego solo descendió sobre aquellos que estaban presentas en esa habitación.
Dios puede pedirte que tomes una ruta específica hacia tu destino. Él puede pedirte que te vistas con unas vestiduras o zapatos específicos. Escucha y obedece de inmediato. Alguien que había sido ocultista dio su vida para Cristo en el campus. Un día, volviendo a su habitación a mitad de la noche después de estudiar, él se preparó para dormir, pero el Espíritu le empujaba a orar, con lo cansado que estaba, se levantó de su cama y empezó a orar. Después de unos minutos de oración, un demonio enorme atravesó la pared entrando en la habitación. En cuanto vio al demonio sus ojos se abrieron bien y empezó a echar fuera al demonio. El demonio empezó a retroceder rozando el pie del compañero de habitación de este hermano que estaba durmiendo en su cama.
Cuando me contó la historia, le pregunté si estaba seguro de que no era un sueño. Él dijo que había pensado eso, pero por la mañana el pie de su compañero de piso se había hinchado cinco veces su tamaño. Gracias a Dios que él escuchó al Espíritu Santo y le obedeció; imagina que es lo que habría pasado si ese demonio le hubiera encontrado durmiendo y le hubiera tocado la cabeza.
Llamada a la Acción: Aprende a reconocer la voz del Espíritu Santo y obedécele de inmediato.