MEMORIZA: « Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.» ROMANOS 14:10
LEE: GÉNESIS 37:13 – 30
13 Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15 Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. 19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. 20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. 21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. 23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; 24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
29 Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José adentro, y se rasgó los vestidos. 30 Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no aparece; y yo, ¿a dónde iré?
BIBLIA EN UN AÑO: 1 CRÓNICAS 26:12-27:34; ROMANOS 4:13-5:5
MENSAJE
La lectura Bíblica de hoy nos dice que poco después de que José le contara a su familia su segundo sueño, él fue al campo para darle de comer a sus hermanos, como le había ordenado su padre. Cuando ellos le vieron venir desde lejos, empezaron a planear matarle pero después cambiaron de opinion y le vendieron como esclavo.
Hoy en día, muchos hermanos están haciéndose daño mutuamente con su actitud que tienen los unos con los otros. Dios espera de nosotros que seamos esa persona que protege a nuestro hermano o hermana. Tus hermanos, primos, y relativos, particularmente aquellos que son más pequeños que tú, debe de poder mirarte y sentirse seguros contigo. Por ejemplo, si tus hermanos no pueden confiar en ti cuando tienen un problema persona, debes de revisar tu actitud y tu comportamiento. Los hermanos de José le odiaban por causa de sus sueños; no odies a tus hermanos porque sientas que son más inteligentes que tu, o porque pienses que tus padres les prefieren a ellos antes que a ti. Como hijo de Dios, no hay ninguna buena razón para que odies a tus hermanos. La envidia no conduce a nada bueno. Recuerda que Caín mató a Abel, su hermano, porque le envidaba.
Trata a tus hermanos con gentileza y amabilidad, habla con ellos con frecuencia, mantente cerca de ellos, corrígeles con amor, y háblales sobre Cristo si aún no le han entregado su corazón.
PUNTO CLAVE: Cuida de tus hermanos y trátales bien.
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Amén