Memoriza:“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” Hebreos 13:8
Lee: Juan 2: 2 – 11
2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,
10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
MENSAJE
En la lectura Bíblica de hoy, los invitados se quedaron sin vino en la fiesta de la boda y tan pronto como María le dijo a Jesús lo que estaba sucediendo, Él entró en acción convirtiendo varias vasijas de agua en vino.
¿Sabías que cuando los siervos fueron a servir, el agua seguía siendo agua, pero cuando el agua llegaba a cada uno de los invitados, se convertía en vino? Esto nos da a entender que nuestro milagro está en nuestra obediencia.
¿Ha estado Dios poniendo en tu corazón hacer algo por alguien en la iglesia o tu vecindario? Hazlo hoy. Si no estás seguro de como tratar la situación, comparte tus pensamientos con un anciano Cristiano para que pueda guiarte.
Nuestro versículo a memorizar establece que la inamovible naturaleza de nuestro Señor Jesucristo. Él no cambia Sus caminos, sus palabras o su comportamiento para adaptarse a situaciones diferentes, como hacen los humanos. Él siempre se manifiesta como la Verdad.
Salmos 119:89 dice que la palabra de Dios está establecida para siempre. Esto significa que las palabras y principios de Dios son consistentes y que son solo aquellos que obedecen los que disfrutarán las bendiciones.
PUNTO CLAVE: ¿Cuán dispuesto estás tu a obedecerle al pie de la letra?